Originalmente establecida en el centro de la ciudad, La Scourtinerie se estableció rápidamente en el imponente edificio en el que la empresa ocupa hoy, una antigua granja de sericultura. Ferdinand y Marie Fert eran tejedores de Nyons y en 1892 Ferdinand Fert inventó y patentó una nueva máquina que permitió el tejido mecánico de los capachos gracias a un hilo de fibra de coco. Las fibras de coco provenían del sur oeste de India, no se pudrían y eran mucho más resistentes que las de alfa. Esos nuevos capachos podían lavarse y usarse de nuevo muchas veces. El éxito llegó y la empresa prosperó hasta la gran helada de 1956 que destruyó la casi totalidad del olivo en Provenza.
La helada de 1956
Las heladas de los olivos en Provenza en 1956 arruinó a muchos oleicultores de la época y por consiguiente, la Scourtinerie no tenía ninguna utilidad. Durante ese terrible invierno, la helada rompió en efecto la corteza de la mayoría de los olivos. Fueron arrancados y sustituidos por la vid y albaricoqueros que producen más rápido frutas. Tuvieron que pasar décadas antes de que la actividad oleícola se reactivase. La ciudad de Nyons tenía antes 10 molinos de aceite pero solo uno sobrevivió en esa época tristemente famosa. Además, los acontecimientos en Argelia desorganizaron la producción del aceite de aceitunas y los pedidos de capachos se cancelaron súbitamente.
La idea genial de George Fert
George Fret se dio cuenta que mucha gente usaba los capachos gastados como felpudos. Era una tradición provenzal poner los viejos capachos en frente de la puerta. Tuvo la idea salvadora de teñir las fibras de coco y transformar los capachos destinados a almazara en objetos de decoración utilizando las mismas máquinas. El “capacho de Provenza nació”. Quitando la bolsa que contenía la pasta de aceitunas y desarrollando una gama de tamaño y de color resultante de tinturas subtiles, el capacho de Provenza se
El “truco de publicidad” inesperado
¡Muchas gracias a Jacques Tati! En efecto, el realizador impulsó las ventas de alfombras de la Scourtinerie. En la película “Mon Oncle”, la casa está decorada con de manera moderna con capachos en lugar de felpudos en el estilo “paso japonés”.
Apertura de la tienda 1979
Alain Fert, nieto de Ferdinand y Marie Fert , integró en 1970 la empresa familiar. Creó en 1979 la tienda de venta en la que se encuentran hoy los capachos, sino también los productos locales y artesanales de India, país de donde vienen las fibras de coco. Los capachos son siempre circulares y de fibras de coco, y ahora se presentan bajo la forma de salvamanteles, felpudos y alfombras llamativas cuyos diámetros van de los 25 cm hasta los 2,5 metros. Frédérique y Ferdinand, bisnietos de Marie y Ferdinand, perpetúan hoy la tradición familiar en la fábrica ancestral.Sophie, la hija de Frédérique Fert se ha unido a la Scourtinerie y representa ahora la quinta generación. La última fábrica de capachos de Francia vive en la actualidad tranquilamente a la orilla del río del Eygues.
El museo abre sus puertas
En 2013 Frédérique y Arnaud Fert decidieron crear un museo contando la historia familiar y la evolución de la fabricación del capacho durante 130 años y 5 generaciones.
Sostener la calidad de los capachos
Desde hace algunos años,el capacho ha recuperado su función primera de filtro. Aunque los capachos decorativos representan la mayoría de la producción, la versión filtro de aceite se teje de nuevo con la reaparición de las prensadoras artesanales. Algunos molinos, en el Var y en Corsica, usan los capachos filtros aún para la extracción del aceite de olivos. De la misma manera, algunas grandes bodegas los usan en lagares verticales para producir un vino de prensa de primera calidad. Desde siempre, la prioridad se da a la calidad del producto, a la preservación y a la transmisión de esa experiensa.