Fundada en 1882, en Nyons en la Drôme Provenzal por Ferdinand y Marie Fert, esa
empresa familiar atravesó el siglo XIX.
Frédérique y Arnaud Fret, los nietos de los creadores, la dirigen hoy.
De la seda a los capachos
En la entrada, las piedras antiguas de la granja de sericultura impresionan a los visitantes porque ahí se hilaba y se enrollaba el hilo de seda.
La hermosa arquitectura de los edificios contiene la herrería usada para el mantenimeinto de las herramientas y las máquinas de tejido, y la antigua parte, que se dedicada a la asfixia de los capullos de gusanos de seda, usada hoy para la tintura de los capachos.
En la plaza, se encuentran un hermoso árbol de Judas, también plátanos centenarios y emparrados donde secan las madejas de cuerda de coco coloreadas que proporcionan
un aspecto acogedor al lugar.
En el taller, se encuentran columnas de hierro que sostienen el techo, la rueda de una máquina de tejido de 1892 en medio de las herramientas y maquetas realizadas por el abuelo.
Los dueños de casa nos hacen escuchar amablemente la voz del abuelo y mirar los retratos de los antepasados porque ahí se han sucedido las generaciones que se han adaptado a las circunstancias y los cambios económicos.
Los capachos quitan los molinos de aceite
El antiguo método de extracción por presión consistía en separar el mosto de aceite de oliva del orujo de aceitunas por filtración en un apilamiento de capachos alternando una capas de pasta y capachos bajo una prensadora.
En 1956, año negro, las heladas revientan los troncos de los olivos,
devastan el olivar provenzal y llevan a la scourtinerie al borde de la
quiebra.
Georges Fret se dio cuenta que muchas personas usaban los capachos deteriorados como felpudos y así tenía la idea de teñir las fibras de coco y así se transforman los capachos en objeto de decoración.
